Polémica designación: Claudio Romano, el jefe dos veces removido, vuelve a intervenir la Policía de Rosario

Cuando el ministro de Seguridad santafesino Pablo Cococcioni anunció, el 5 de mayo de 2025, que el retirado Claudio Romano volvería a conducir la Unidad Regional II (UR II) por 90 días, muchos rosarinos sintieron un déjà vu. No era la primera (ni la segunda) vez que el comisario ocupaba el principal despacho de la Jefatura, ni tampoco la primera ocasión en que llegaba precedido por una crisis.
Primer giro: diciembre de 2018, balaceras y salida exprés
El recorrido público de Romano tomó relieve en diciembre de 2018, cuando ejercía de subjefe de la UR II. Rosario acababa de sufrir dos atentados a balazos contra el Concejo Municipal y el Centro de Justicia Penal, hechos que encendieron todas las alarmas sobre la injerencia de bandas narco en la ciudad. En ese contexto, el ministro Maximiliano Pullaro —bajo la gobernación socialista de Miguel Lifschitz— decidió remover a la cúpula rosarina, incluido Romano, argumentando la necesidad de “reaccionar con firmeza” frente a los ataques.
Segundo capítulo: diciembre de 2019, la apuesta de Omar Perotti
Un año después, con el peronista Omar Perotti ya instalado en la Casa Gris y con Marcelo Saín al frente de Seguridad, Romano volvió del llano: el 18 de diciembre de 2019 fue designado jefe de la Policía de Rosario. El nombramiento respondió a la intención de oxigenar la fuerza y frenar el avance de las bandas luego de la causa contra el narco Esteban Alvarado.
El romance duró 23 días. El 10 de enero de 2020, luego de 12 homicidios en los primeros nueve días del año, Saín lo desplazó “por no cumplir los objetivos operativos” y lo sustituyó por Danilo Villán. La decisión fue ratificada por el jefe provincial de Policía, Víctor Sarnaglia, quien subrayó la falta de resultados de su breve gestión.
Presente: 2025, fraude al combustible y tercer desembarco
Cinco años más tarde, con Maximiliano Pullaro ahora como gobernador y en medio de un escándalo por el desvío de unos 45 millones de pesos mensuales destinados al combustible de los patrulleros, la Provincia volvió a tocar la puerta de Romano. Tras 38 allanamientos y 20 detenciones (16 policías y 4 civiles), el ministro Cococcioni anunció la intervención de la UR II y la reincorporación del comisario retirado para encabezar la auditoría logística y administrativa.
Un mando bajo sospecha narco
Las dos destituciones anteriores no fueron meros cambios burocráticos: ocurrieron en picos de violencia atribuidos a la creciente penetración del narcotráfico dentro y fuera de la fuerza. Investigaciones judiciales posteriores revelaron coimas, armado de causas y participación directa de efectivos en estructuras narco, dejando a la Policía de Santa Fe en el centro de la tormenta. La reincidencia de Romano —hoy con “plenas facultades” y un plazo inicial de tres meses— queda así atada a un interrogante que la ciudad conoce demasiado bien:
¿Podrá un jefe que ya fue apartado dos veces revertir la connivencia policía‑narcos que lo expulsó en 2018 y la ola de homicidios que lo derribó en 2020?
Los próximos meses mostrarán si la tercera gestión de Claudio Romano es capaz de sellar los agujeros financieros y, sobre todo, de frenar la violencia que hace años sacude a Rosario.
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