Karina Milei, la arquitecta del nuevo poder: el acuerdo con el PRO como confirmación de liderazgo
La jefa política de La Libertad Avanza reafirma su control nacional con un golpe de efecto: mientras algunos medios intentan sembrar dudas sobre el futuro libertario, Karina Milei redobla la apuesta con un acuerdo ideológico que deja atrás a la vieja política.
En medio de operaciones mediáticas que pretendían debilitar su liderazgo con la excusa de una supuesta falta de fondos nacionales, Karina Milei salió al cruce con un mensaje claro y demoledor: el acuerdo con el PRO en la provincia de Buenos Aires no es electoral, es ideológico. Y no fue con Mauricio Macri, sino por fuera de él, dejando en evidencia que el verdadero liderazgo del espacio ya no lo define el expresidente, sino los hermanos Milei.
«El kirchnerismo llevó a la Argentina a la decadencia absoluta y hoy se encuentra atrincherado en la provincia de Buenos Aires. Junto con el PRO entendimos que no hay lugar para especulaciones: unimos fuerzas para terminar con el populismo, de una vez y para siempre. No es un acuerdo electoral. Es un acuerdo ideológico. La Libertad Avanza.»
— Karina Milei (@karinamileiok)
La contundente victoria de Manuel Adorni en la ciudad de Buenos Aires fue la lápida para los sectores del PRO que soñaban con resistir la marea liberal. La Alianza La Libertad Avanza —nombre con el que competirán— refleja más una absorción que una coalición: el PRO no coexiste, se disuelve. Los libertarios ya no son socios menores: son la nueva conducción política nacional.
Este fenómeno no es nuevo. Ya se había visto en Santa Fe cuando el sector de Mauricio Macri apoyó públicamente a Unidos —la alianza entre radicales y socialistas que representa lo peor del estatismo provincial— mientras que La Libertad Avanza se fortalecía en las urnas sin necesidad de alquilar estructuras ajenas.
Hoy el panorama es otro: los conversos del PRO se multiplican. Intendentes, legisladores y armadores buscan refugio en el espacio que realmente marca el pulso político de la Argentina. Y esa estructura —desde hace tiempo— tiene nombre y apellido: Karina Milei.
Silenciosa, austera y decidida, Karina demostró que no necesitaba discursos para imponer liderazgo. Le bastó con una estrategia quirúrgica, con fidelidades construidas sin promesas de cargos ni cheques. Ahora, incluso los que dudaban, los que desde ciertos despachos cuestionaban su rol o su capacidad, deberán aceptar la evidencia: Karina Milei es la armadora nacional más efectiva de las últimas décadas.
Con esta jugada, además, se cierra un círculo político: mientras algunos insistían en que la falta de fondos o la ausencia de alianzas provinciales debilitaría a La Libertad Avanza, hoy el oficialismo demuestra que es capaz de absorber a sus ex adversarios y redefinir la política desde adentro, sin ceder principios ni lenguaje.
Lo que sigue será una disputa cultural, no solo electoral. Porque si algo deja claro este nuevo pacto es que la Argentina ya no se divide entre peronismo y antiperonismo, ni entre izquierda y derecha, sino entre los que apuestan por la libertad y los que siguen defendiendo un Estado omnipresente, quebrado y clientelar.
Y en esa batalla, Karina ya eligió el bando correcto. Y lo lidera.
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