Adiós al Gran Hermano Fiscal: el Gobierno lanza una ofensiva para liberar los bolsillos argentinos
En un giro audaz de su estrategia económica, el Gobierno nacional anunció este jueves un ambicioso paquete de reformas bautizado como el “Plan de Reparación Histórica de los Ahorros de los Argentinos”. El objetivo: derribar barreras burocráticas y devolverle a la ciudadanía el control sobre sus finanzas personales.
El anuncio estuvo a cargo del director de la Agencia Federal de Ingresos (ARCA), Juan Pazo, quien no escatimó críticas hacia las políticas anteriores. “Sumaron más de 6.000 nuevos inspectores y duplicaron los controles. ¿El resultado? Más informalidad y castigo al que cumplía”, sentenció.
La reforma incluye la eliminación de numerosos regímenes informativos. A partir de ahora, ya no será obligatorio informar consumos con tarjetas, billeteras electrónicas, ni operaciones ante escribanos —como las registradas en el “CITI de los escribanos”—. También se eliminaron los reportes sobre compras de autos usados, pagos de expensas superiores a $32.000, publicaciones de venta de propiedades, y consumos de servicios como luz, agua, gas y telefonía.
Estas medidas buscan aligerar la carga regulatoria y proteger la privacidad financiera de los ciudadanos, un punto que el Ejecutivo considera clave para recuperar la confianza.
Otra transformación significativa afecta la relación entre bancos y clientes. Las entidades financieras ya no podrán exigir declaraciones juradas de impuestos nacionales como condición para operar. En caso de que lo hagan, el usuario podrá rechazar la solicitud y denunciar la práctica ante Defensa del Consumidor.
Además, se redefinieron los umbrales de los controles que aún se mantienen. Solo se reportarán transferencias superiores a $50 millones para individuos y $30 millones para empresas. En cuanto a extracciones de efectivo, el nuevo tope se elevó a $10 millones, sin importar el tipo de cuenta.
