La grotesca postal de los garantes de la impunidad: el Senado argentino protege a corruptos

El 7 de mayo de 2025, el Senado argentino rechazó por un solo voto la ley «Ficha Limpia», una iniciativa que buscaba impedir que personas condenadas por corrupción en segunda instancia pudieran ser candidatas o ejercer cargos públicos. Con 36 votos a favor y 35 en contra, la norma naufragó en medio de maniobras políticas grotescas, traiciones oportunistas y festejos obscenos por parte del kirchnerismo.

El peronismo, como acostumbra, optó por defender a los suyos antes que al pueblo. El bloque de Unión por la Patria, con el kirchnerismo al frente, votó en contra en bloque. Alegaron que la ley era una “proscribición”, en evidente defensa de figuras como Cristina Fernández de Kirchner, ya condenada por corrupción. Pero el verdadero golpe fue la sorpresiva traición de los senadores misioneros Carlos Arce y Sonia Rojas Decut, quienes a último momento cambiaron su voto, dejando sin efecto una ley que tenía el respaldo mayoritario de la sociedad.

Estos dos senadores, hasta entonces aliados del oficialismo, fueron señalados como “cómplices de la impunidad”. No es exagerado: hasta minutos antes de la votación, se esperaba que apoyaran la norma. Su repentino giro solo puede entenderse como parte de las negociaciones oscuras que caracterizan al régimen de poder que el kirchnerismo supo construir con recursos públicos y favores políticos.

Blindaje a los corruptos: nombres y condenas

El rechazo de la ley se da en un contexto en el que la corrupción kirchnerista no es una acusación política: es un hecho probado en los tribunales. Entre los condenados figuran:

• Cristina Fernández de Kirchner, ex presidenta: 6 años de prisión e inhabilitación perpetua por el caso Vialidad.
• Amado Boudou, ex vicepresidente: 5 años y 10 meses por el caso Ciccone.
• Julio De Vido, ex ministro: 5 años y 8 meses por la tragedia de Once.
• José López, ex secretario de Obras Públicas: 6 años por enriquecimiento ilícito.
• Romina Picolotti, ex secretaria de Ambiente: 3 años en suspenso por malversación de fondos públicos.
• Ricardo Jaime, ex secretario de Transporte: condenado por dádivas, cohecho y administración fraudulenta.
• Juan Pablo Schiavi, sucesor de Jaime: condenado por su responsabilidad en la tragedia de Once.
• Milagro Sala, líder piquetera aliada del kirchnerismo: condenada por fraude al Estado y asociación ilícita.
• Lázaro Báez, empresario emblemático del modelo K: 12 años de prisión por lavado de dinero.
• Cristóbal López, empresario K: procesado por evasión fiscal y fraude al Estado por más de $ 8.000 millones.
• Aníbal Fernández, ex jefe de Gabinete: sobreseído en varias causas, pero con múltiples procesamientos por desvío de fondos.
• Carlos Zannini, procurador del Tesoro: procesado en múltiples causas por encubrimiento (AMIA) y corrupción.

Y la lista continúa. Según la Oficina Anticorrupción, al menos 40 exfuncionarios nacionales vinculados al kirchnerismo fueron acusados de delitos contra el patrimonio del Estado entre 2003 y 2019. Durante el gobierno de Alberto Fernández, ese organismo renunció a ser querellante en 35 causas, debilitando la acción judicial en varias investigaciones clave.

Una tradición peronista: proteger a los ladrones del Estado

El blindaje no es una invención kirchnerista: tiene su raíz en el propio Juan Domingo Perón, condenado en 1945 por corrupción administrativa tras irregularidades en la Secretaría de Trabajo y Previsión. Su clásico cinismo ante las denuncias quedó reflejado en la frase “los únicos privilegiados son los niños”, mientras sus ministros compraban estancias y joyas con fondos públicos.

Desde sus inicios, el peronismo ha cultivado una cultura política donde el robo al Estado se interpreta como picardía militante. Hoy ese ADN reaparece cada vez que se protege a un condenado o se sabotea una ley de ética pública. El “Estado somos todos” termina siendo un botín de unos pocos.

La grotesca postal de la decadencia

Tras el rechazo, el recinto se llenó de risas, aplausos y abrazos. Se vio celebrando a Alicia Kirchner, Juliana Di Tullio, Anabel Fernández Sagasti, Oscar Parrilli, José Mayans y otros senadores que festejaron abiertamente que los condenados por corrupción podrán seguir en el Estado. No celebraban una victoria del pueblo, sino la continuidad de su impunidad.

Los 35 senadores que votaron en contra

Se cae el velo de la corrupción disfrazada de buenismo

Hoy más que nunca, el cambio cultural y político que se gesta en la Argentina baja el velo y muestra con nitidez a aquellos dirigentes que sólo buscan enriquecerse con los fondos de los argentinos y no tienen reparos en exhibirse como tales. La caída de Ficha Limpia deja al descubierto quiénes están dispuestos a perpetuar la impunidad. Dependerá de la ciudadanía profundizar este cambio para que la casta corrupta no encuentre nunca más refugio en el Estado.

Redacción

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